También conocido como delirio de negación o nihilista, este trastorno mental hace que quien lo padece cuestione su existencia.L as personas que sufren este síndrome
rechazan la existencia de sus órganos corporales y creen tener la
certeza de que estos se encuentran en 
estado de descomposición.

La primera vez que se escuchó hablar de él fue en 1880, cuando el
neurólogo Jules Cotard -de quien toma su nombre-, observó estos síntomas
en una mujer que negaba la existencia de Dios, la del diablo y la suya
propia. La llamó Mademoiselle X. Desde entonces, se ha avanzado poco en
la investigación de esta enfermedad.

«Existen muy pocos estudios
al respecto en nuestro país y, en general, tampoco abunda la literatura
científica en otros países», confirma Manuel Sánchez Pérez, coordinador
de la Unidad de Psiquiatría Geriátrica del Hospital Sagrat Cor en
Martorell (Barcelona). «Su escasa frecuencia y su dependencia de otras enfermedades de base hacen que solamente se hayan publicado estudios observacionales, a propósito de uno o de pocos casos concretos».

Las personas con Cotard tienen una negatividad extrema que los llevan a negar las cosas más obvias
“Estoy acabado, no tiene sentido que me traten”
“Me siento como un autómata, como si el mundo no existiera, estoy completamente eliminado”
Además, al creer que algunos de sus miembros o ellos mismos están muertos, muchos pacientes cometen actos de violencia contra su propio cuerpo. En los casos más graves, pueden acabar con su propia vida. 

El
enfermo podrá alegar cualquier argumento con tal de mantener su idea
delirante, como afirmar que las pruebas que le han realizado están
manipuladas o 
que los órganos que se presencian en las pruebas no son suyos. 
El síndrome de cotard está configurado por otros síntomas más allá de los delirios, los cuales pueden jugar un papel importante tanto en la evolución de la enfermedad como en el desarrollo de las ideas delirantes.
Los principales suelen ser síntomas depresivos (tristeza, ausencia de placer, falta de interés, etc.), pensamientos negativos, ideas e intentos de suicidio, pérdida de apetito e ingesta, automutilaciones, y analgesia o ausencia de dolor.


Para delimitar bien el síndrome de cotard es necesario especificar bien qué es un delirio. Un delirio es una alteración del pensamiento.
El
pensamiento cumple le importantísima función de comprender, entender y
facilitar tanto la interpretación del mundo como las relaciones humanas.
Las personas no tenemos el mismo pensamiento desde que nacemos, ya que este va evolucionando a lo largo del tiempo.
Cuando
hablamos de alteraciones en el pensamiento lo podemos hacer sobre dos
tipos: alteraciones en el curos del pensamiento y alteraciones del
contenido 
del pensamiento.
-Las
alteraciones del curso del pensamiento son esas que hacen referencia a
anomalías en la fluidez y la velocidad del pensamiento.
-Cuando
hablamos de alteración del contenido del pensamiento en cambio, hacemos
referencia a modificaciones patológicas en las ideas que tenemos en la 
mente, configurando lo que conocemos como delirio.

 Causas
El diagnóstico de este síndrome es complejo. Casi siempre se llega a él
mediante la observación de los síntomas descritos y, aunque se realizan
exploraciones complementarias, como pruebas de neuroimagen, sirven más
para descartar otras afecciones que para confirmar el Cotard.

Este
trastorno se asocia a ciertas alteraciones neurobiológicas. Se connota
que las personas que sufren el síndrome padecen alteraciones en
distintas 
regiones de su cerebro.
Más específicamente, en el síndrome de cotard se produce una hiperactividad en la amígdala, una inhibición de la parte prefrontal izquierda del cerebro, una disfunción de los procesos de percepción e interpretación, y ciertos daños en zonas tempero-parietales.
parece que la dopamina, una sustancia del cerebro muy ligada con la experimentación de placer, puede estar muy relacionada con la aparición del síndrome, ya que se connota una reducción de receptores de estas sustancias en los cerebros de los pacientes.

Tratamiento
El tratamiento habitual incluye el uso de psicofármacos (antidepresivos y
antipsicóticos, fundamentalmente), que suele resultar efectivo para el control de los síntomas psicóticos y de la depresión subyacente,
pero el tratamiento más efectivo es, todavía hoy, la terapia
electroconvulsiva», apunta Sánchez Pérez. Este método, administrado en
la actualidad de forma muy controlada y segura, tiene una tasa de éxito del 80 por ciento.

Mª carmen 

Fuentes:

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/11/151117_sindrome_cotard_cree_muerto_gtg
http://www.elmundo.es/papel/pantallas/2016/11/29/583c4837ca4741c3068b457c.html
https://www.lifeder.com/sindrome-de-cotard/ 

El equipo de Psycospirity

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *